Los muros verdes ayudan a reducir el CO2 y la contaminación, captura el polvo y partículas suspendidas, además de que puede ahorrar energía.
Los muros verdes se postulan como una excelente forma de armar un pulmón donde no hay espacio. Los mismos son utilizados cada vez más ya sea para ambientar un hogar, una oficina y hasta un edificio completo.
El sistema consiste en una pared verde con vegetación natural, fijada sobre una estructura vertical formada por conjuntos de diferentes especies. Según la fuente de luz de la que disponen, pueden hospedar una variedad increíble de plantas.
Un metro cuadrado de cobertura vegetal atrapa 130 gramos de polvo por año, produce oxígeno, recicla gases nocivos y libera metales pesados, reduce la contaminación sonora y la temperatura interior de las edificaciones, reduce el ausentismo laboral y el estrés, protege la biodiversidad y es altamente sostenible, entre otros beneficios.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las ciudades deberían disponer de 10 a 15 m2 de espacios verdes por habitante. Pocos son los centros urbanos que cumplen con este límite mínimo propuesto, que obviamente se refiere a verde urbano transitable y aprovechable, a falta del cual, la dimensión vertical y las cubiertas verdes representan una opción para el balance medioambiental.
Cabe destacar que el concepto de muro verde no es igual al de las paredes cubiertas por una enredadera, como se puede ver en muchas fachadas de casas y edificios. En estos casos las raíces de las plantas están en la tierra y solamente el follaje en el muro. Por el contrario, la base de los jardines verticales es que está confeccionado de modo tal que las raíces forman parte de la pared.
Técnicamente, se trata de un ecosistema hidropónico (que prospera en ausencia de tierra), balanceado y autosuficiente, adosado a una estructura flotante totalmente aislada de las paredes que cubre, eliminando el riesgo de enraizamiento.
El muro verde no compromete la arquitectura de la fachada ni deja filtrar la humedad, permitiendo que las raíces aéreas de las plantas cumplan con su misión de absorber contaminantes específicos producidos por las edificaciones.
Algunos beneficios de los muros verdes:
– No atraen ni permiten la proliferación de insectos ni bacterias, su sistema aporta un tipo de repelente biológico.
– Atrapan el polvo y el smog.
– Cada metro cuadrado provee el oxígeno suficiente como para una persona durante todo 1 año.
– Reduce hasta 5 grados la temperatura interior de un edificio en verano y, curiosamente, mantienen la temperatura en invierno, esto genera un importante ahorro de energía por el menor uso de calefactores y aires acondicionados.
– Son un aislante natural de ruido, pues absorben y reducen sonidos de alta frecuencia, disminuyendo el ruido hasta en 10 decibeles.
– Un muro verde 30m2 atrapa y filtra 20 toneladas de gases nocivos por año, además de apresar y procesar 10 kg de metales pesados.
– Está probado que reduce el estrés.
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Fuente: Conciencia sustentable, ecoosfera.