Estudios recientes afirman que mientras más tiempo le tome a una persona desplazarse de la casa a la oficina su calidad de vida disminuye.
Casi todo el mundo cree que trabaja ocho horas al día, pero en realidad su jornada es mucho más larga. La espera del transporte público en el paradero, las colas en el metro, el tráfico, la falta de taxis, entre otros factores, no sólo hacen muy demorado trasladarse de la casa a la oficina sino altamente estresante.
De acuerdo con un estudio publicado en el World Leisure Journal, el tiempo que realizas, el tráfico y las diferentes experiencias que vives durante el viaje a tu trabajo, impactan de forma negativa en tu salud.
¿Te imaginas permanecer encerrado en el auto 23 horas? Ese tiempo es el que destinan mensualmente los trabajadores de la Ciudad de México y el Estado de México al ir en coche a su oficina y regresar. Así lo explica un análisis elaborado por la consultora De la Riva Investigación Estratégica. En promedio, una persona que se traslada en auto a su empresa hace una hora y 20 minutos, todos los días. Esa cifra es de 2 horas y 8 minutos para quien se moviliza en transporte público.
Aunado a esto, en el interior de un vehículo, ya sea particular o de transporte público, podemos estar expuestos a concentraciones de contaminantes de aire entre 2 y 6 veces más elevadas que las que se encuentran en el ambiente exterior.
Esta situación puede mermar poco a poco tu calidad de vida, pero, ¿cuáles son los daños físicos y mentales que puedes sufrir? Impaciencia, resentimiento, ira, estrés, aumento de la presión arterial y crecimiento de la masa corporal.
Para tratar de evitarlo, investigadores recomiendan planificar el camino, es decir, realizar alguna actividad que te relaje y favorezca una mentalidad positiva.
Los empleados que pierden más de tres horas conduciendo a sus oficinas se clasifican en dos, según la actitud con que enfrentan la situación. Están los que se resisten y sobrellevan el tráfico del día alternando rutas de traslado.
El otro grupo lo integran quienes optan por soluciones como ir al gimnasio o toman un curso cerca de la oficina, así regresan cuando el congestionamiento disminuye, menciona el estudio de De la Riva.
Hacer una pausa antes y después del trabajo puede distraerte del estrés de la oficina y relajarte al final del día. Actividades como escuchar música, leer un libro en el trayecto si vas en transporte público o al llegar a casa, caminar un poco y disfrutar del paisaje, son algunas actividades que te ayudan a reducir los daños que te puede causar el estrés del traslado.
Si vives cerca de tu lugar de trabajo otra opción es ir y regresar a pie, corriendo o en bicicleta, lo puedes aprovechar como ejercicio diario y así te ahorras pagar un gimnasio.
Fuente: salud180, El Universal, Expansión,