El transporte y la quema de combustibles son los principales responsables de la situación de la calidad del aire.
La niebla tóxica que flota por encima de las ciudades es la forma de contaminación del aire más común y evidente. No obstante, existen diferentes tipos de contaminación, visibles e invisibles, que contribuyen al calentamiento global.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca como culpables de la contaminación y el efecto invernadero a las ciudades porque “ellas ocupan el 2% del territorio mundial y producen el 70% de estos gases”.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), las principales causas de la contaminación del aire son:
La urbanización. Ciudades atiborradas con caminos llenos de tráfico que llevan al aire sucio. Las emisiones de los vehículos, incluyendo autobuses, camiones y coches, contribuyen al problema de la contaminación del aire. Los gases emitidos por los automóviles, vehículos pesados y otros medios de transporte siguen presentando un desafío sin solución inmediata.
La pobreza. Hay 2,700 millones de personas que queman biomasa para cocinar. La inhalación de humo de ésta, así como la quema de queroseno para iluminación, está estimado que causan cerca de 3.5 millones de muertes prematuras anuales, en su mayoría mujeres y niños en ciertas regiones de Asia y África Sub-Sahariana.
Las industrias intensivas de combustibles fósiles. Las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles e instalaciones industriales son los principales emisores. La quema de carbón es responsable del 60% de las emisiones de azufre relacionadas con la combustión.
El smog se ha relacionado con diversos tipos de problemas respiratorios para las personas de todas las edades.
El desarrollo de agujeros en la capa de ozono y el calentamiento global. El adelgazamiento de la capa de ozono hace que los rayos UV del sol sean más grandes que antes. Estos pueden alterar el clima, aumentar el riesgo de cáncer en la piel y propiciar la contaminación del aire.
Los incendios contaminan el aire de acuerdo a la naturaleza del material que se quema, por ejemplo, un incendio forestal provoca una contaminación peligrosa en el corto plazo, en cambio el humo liberado por un edificio en llamas puede liberar partículas más peligrosas que pueden seguir contaminando el aire, el agua o el suelo durante mucho más tiempo.
El consumo de tabaco en espacios cerrados provoca una contaminación puntual que además puede ser peligrosa para la salud de los que se encuentran en ese lugar.
La IEA está haciendo un llamado a los gobiernos para que adopten una estrategia que ayude a reducir los contaminantes a la mitad, un plan que añadiría cerca de 7% de la inversión total en energía necesaria hasta 2040. Eso incluye 4.8 billones de dólares para el control de la contaminación avanzada y acelerar la transformación de la industria energética.
El purificador Rowenta permite reducir los niveles de contaminación de aire intramuros, con la finalidad de respirar aire puro y evitar diversas enfermedades.
Fuente: OMS, National Geographic, El Financiero.