Investigadores desarrollan nuevas técnicas con nanopartículas para producir hormigón que genera menos emisiones contaminantes.
La nanotecnología tiene diversas áreas de aplicación. Hay resultados concretos y tangibles en áreas como la salud e higiene, en minería, incluso en el sector agrícola. Y no es para sorprenderse al encontrar que también aporta al cuidado del medio ambiente.
Investigadores y estudiantes de ingeniería de la Universidad de Puerto Rico (UPR) trabajan con nanomateriales, para contrarrestar un gran problema ambiental que es inherente a la fabricación de hormigón.
Los nanomateriales son materiales dimensionalmente mil veces más pequeños que una bacteria.
De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), la producción de hormigón es responsable del 3.4% de la generación de dióxido de carbono en el mundo. Además, su método de fabricación también genera otros desperdicios, como polvo de sílice (o dióxido de silicio, una sustancia que es nociva y que puede causar enfermedades de los pulmones.
Por esta razón, la comunidad científica busca opciones para que este material de alto consumo sea sostenible y menos nocivo para el medio ambiente.
El cemento es el componente principal del hormigón y su producción contribuye considerablemente a la contaminación ambiental. Por tal motivo, este tipo de industria está interesada en la sustitución parcial del cemento por materiales minerales con las mismas propiedades.
Entre los sustitutos usados se encuentran cenizas volantes (de los desechos de la industria del carbón o de centrales termoeléctricas), la escoria de plantas siderúrgicas y los residuos de los procesos de combustión.
Los científicos del Centro de Nanotecnología de la URP estudian diferentes tipos de hormigón de alta resistencia a los que han añadido nanopartículas de dióxido de silicio (nano sílice) a las mezclas a fin de fortalecer el material y reducir la contaminación.
Las nanopartículas tienen como ventaja principal su tamaño, el cual les permite entrar en la estructura microscópica de la mezcla de hormigón. Eso promueve la hidratación del cemento, densificando la microestructura y reduciendo la porosidad, lo que incrementa su resistencia.
Esto implica un avance en el desarrollo de nuevas técnicas para producir una nueva clase de hormigón. Con solo una adición de 6% de nanopartículas de sílice se logró disminuir la cantidad de cemento utilizado en la mezcla de este material en más de 20%.
Reducir el uso de cemento en un 20% significa una disminución considerable en la generación de contaminantes (dióxido de carbono) y un impacto ambiental positivo por el uso del hormigón en el campo de la ingeniería civil. Por otra parte, la nano sílice permite seguir usando el desecho de cenizas provenientes de la industria del carbón y de centrales termoeléctricas, es decir, reduce la presencia de estos residuos en el medio ambiente.
El Filtro NanoCaptur, exclusivo de Rowenta, uno de los cuatro filtros del purificador Intense Pure Aire, es el único que captura y destruye permanentemente los formaldehídos, contaminante más peligroso en el hogar.
Fuente: UPR, El Comercio.