El uso de drones se está extendiendo rápidamente a áreas que no habríamos esperado como la lucha para combatir la contaminación.
Los drones, VANT (vehículo aéreo no tripulado) o UAV (Unmanned Aerial Vehicle) son aeronaves que vuelan sin tripulación. En la actualidad existen equipos de este tipo con una gran variedad de formas, tamaños y características en función del uso al que estén destinados.
Estos aparatos son una opción para garantizar la protección del medio ambiente, no sólo desde la vigilancia y el control, sino también para combatir de forma activa la contaminación.
En Japón, el gobierno ha comenzado también a utilizar estos aparatos para combatir la polución en el aire, ya que estos aeroplanos pueden cargar hasta 700 kilogramos de químicos empleados para limpiar la contaminación atmosférica. Cada uno de estos drones podrían lograr limpiar el aire en un radio de cinco kilómetros.
Mediante el uso de drones, las autoridades monitorizan los niveles de contaminación en áreas críticas, midiendo los niveles de varios puntos de forma mucho más rápida.
De acuerdo con reportes recientes del gobierno de China, los niveles de contaminación han disminuido en 74 ciudades. No es el único país que se está sirviendo de esta tecnología. En Estados Unidos, la EPA (Enviromental Protection Agency) cuenta con un programa para conocer cómo se distribuye la contaminación del aire dentro de una zona geográfica.
El sistema que está utilizando la EPA se basa en tecnología GPS y cámaras de alta resolución para trazar un mapa de la contaminación, midiendo las emisiones de compuestos orgánicos volátiles, dióxido de nitrógeno y otros contaminantes. En China, los drones también llevan una cámara, que es la principal fuente de datos para determinar los niveles de polución. Las imágenes se procesan después en servidores y se analizan para buscar patrones que identifiquen la calidad del aire.
El gobierno chino también utiliza estos pequeños vehículos no tripulados para controlar las industrias que más contaminan y obtener pruebas para sancionar a las empresas infractoras.
Además de combatir la contaminación, los drones están ayudando de muchas formas al medio ambiente. La protección de la fauna o la gestión forestal son dos ejemplos. En el primer caso, los drones con infrarrojos se utilizan con vuelos nocturnos en parques nacionales de África para controlar la caza furtiva. También sirven para predecir el comportamiento de huracanes y volcanes, estudiar el comportamiento de aves o apagar incendios forestales incluso de noche.
Además pueden registrar la evolución de la vegetación de áreas repobladas tras el fuego, estudiar plantas en peligro de extinción o llevar a cabo el seguimiento de la fauna. El bajo nivel sonoro de los drones eléctricos permite observar especies salvajes en su hábitat natural sin perturbar su ciclo vital.
El desarrollo de tecnologías para combatir la contaminación es una de las tendencias más fuertes en la actualidad, bajo este objetivo, Rowenta creó el purificador de aire que permite mejorar la calidad del aire intramuros.
Fuente: twenergy, todrone.