La mala calidad del aire tiene graves efectos en la salud, enfermedades cardio-respiratorias como el asma, bronquitis e incluso ciertos tipos de cáncer.
El crecimiento poblacional ha dado como resultado que los niveles de contaminación atmosférica sean cada vez más altos y éstos afecten la salud de las personas. Cuando vamos al trabajo, a la escuela, al supermercado e incluso mientras estamos en nuestros hogares, nadie está exento de respirar aire contaminado.
El impacto que puede tener la mala calidad del aire depende de las condiciones climáticas, geográficas y de la sensibilidad de cada organismo. En especial, en las grandes ciudades industrializadas, donde los contaminantes atmosféricos se emiten en grandes cantidades producto de los autos, las empresas y las múltiples formas en las que las personas contaminan el ambiente.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las partículas suspendidas afectan a más personas que cualquier otro contaminante y sus principales componentes son los sulfatos, los nitratos, el amoníaco, el cloruro de sódico, el carbón, el polvo de minerales y el agua. Las partículas se clasifican en función de su diámetro en PM10 (partículas con un diámetro aerodinámico inferior a 10 µm) y PM2.5 (diámetro aerodinámico inferior a 2,5 µm). Estas últimas son las de mayor peligro, pues al inhalarlas, pueden llegar a los bronquiolos y alterar el intercambio pulmonar de gases, ocasionando enfermedades respiratorias, e incluso cáncer.
Existen muchas variables que intervienen en la distribución de esta contaminación, como el viento, la temperatura, la cantidad de radiación solar y la lluvia. Y aunque la contaminación del aire no es exclusiva de las grandes ciudades, es ahí en donde se concentra la mayor contaminación y por lo tanto en donde se dan mayores afectaciones a la salud.
Según datos de la OMS, la mortalidad en ciudades con niveles elevados de contaminación supera entre un 15% y 20% la registrada en ciudades más limpias. En lo que respecta a México, se producen anualmente alrededor de 9,300 muertes por causas asociadas con la contaminación del aire, de acuerdo con el organismo.
A manera de ejemplo el smog, además de incidir en la reducción de visibilidad, irritar los ojos y los órganos respiratorios. Como consecuencia de respirar smog, se incrementan las enfermedades respiratorias (muerte inclusive), especialmente en personas de edad avanzada. En la Ciudad de México, los altos índices de contaminación atmosférica contribuyen en gran proporción al agravamiento de enfermedades respiratorias.
El monóxido de carbono es un contaminante atmosférico peligroso y abundante en las grandes ciudades industriales. Este contaminante afecta la función neuronal de las personas en diversos grados, afecta al sistema nervioso central provocando asfixia, dolores de cabeza, mareos, zumbido en los oídos, somnolencia y dificultad para respirar.
Por otra parte, el ozono aumenta la incidencia de asma y produce trastornos respiratorios, e incluso ocasiona otros padecimientos como depresión, náuseas, cianosis, dolor de cabeza, lesiones cutáneas e irritación en los ojos.
Las partículas suspendidas, principalmente las de plomo, causan anemia, lesión en los riñones y en el sistema nervioso central.
La OMS ha señalado que la contaminación atmosférica es causante de alrededor de dos millones de muertes prematuras al año en todo el mundo.
Muertes debidas a la contaminación atmosférica – desglose por enfermedad:
40% cardiopatía isquémica
40% accidente cerebrovascular
11% neumopatía obstructiva crónica
6% cáncer de pulmón
3% infección aguda de las vías respiratorias inferiores en los niños
Muertes debidas a la contaminación del aire en interiores – desglose por enfermedad:
34% accidente cerebrovascular
26% cardiopatía isquémica
22% neumopatía obstructiva crónica
12% infección aguda de las vías respiratorias inferiores en los niños
6% cáncer de pulmón
“Limpiar el aire que respiramos impide el desarrollo de enfermedades no transmisibles y además reduce los riesgos de enfermedad entre las mujeres y los grupos vulnerables, como los niños y los ancianos”, comenta la Dra. Flavia Bustreo, Subdirectora General de la OMS para la Salud de la Familia, la Mujer y el Niño.
La mayor parte de la población urbana y rural en los países tanto desarrollados, como en desarrollo se expone a niveles de contaminación altos tanto en interiores como en exteriores, es por ello que diversos organismos públicos y privados ya trabajan para mejorar las condiciones del aire que respiran las personas.
FUENTE: OMS, UAP, Respira México.