La contaminación del aire está relacionada al aumento de problemas cardiovasculares, además de provocar que el cerebro envejezca.
Vivir en una ciudad contaminada no solo significa que el aire se perciba sucio ni que cueste trabajo respirar, si no que claramente hay efectos futuros en la salud. Hace varios años que los primeros estudios de médicos demostraron que la contaminación atmosférica es un factor que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como los infartos cerebrales o los derrames.
Problemas de aprendizaje, memoria y depresión. Éstos son algunos de los síntomas que pueden sufrir las personas tras haber estado expuestos a la contaminación del aire durante un largo plazo. Diferentes estudios señalan los efectos dañinos de la contaminación del aire en el corazón y los pulmones, aunque hay otros que han puesto de relieve nuevos síntomas.
Científicos de la Universidad de Carolina del Sur utilizaron datos de la AEPA (American Environmental Protection Agency) y realizaron un comparativo entre la contaminación del aire en la que viven los 14,793 hombres y mujeres, de más de 50 años, que fueron parte del estudio.
Se encontró que la contaminación puede conllevar a cerebros “tres años más viejos”, por cómo afecta su función cognitiva. Este cálculo se realizó considerando que, en promedio, cada año de edad se refleja en una décima de punto en los resultados de los estudios.
En este sentido, de acuerdo a un estudio realizado por científicos del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, en Estados Unidos y la Universidad de Medicina de la misma ciudad, asegura que la exposición a largo plazo a ambientes con aire contaminado causaría daños a las estructuras del cerebro y afecta la función cognitiva en los adultos de mediana edad y ancianos.
“Es uno de los estudios en el que se examinan la relación entre la contaminación del aire y la estructura del cerebro, y sugiere que la mala calidad del aire se asocia con efectos importantes en el envejecimiento del cerebro”, de acuerdo con Elissa Wilker, investigadora en el Centro Médico Beth Israel Deaconess y coautora del artículo científico.
El estudio reveló que un aumento de solo 2 microgramos por metro cúbico de PM 2,5 equivale aproximadamente a un año de envejecimiento del cerebro. De este modo, las personas que viven en ciudades o zonas contaminadas presentan un envejecimiento cerebral prematuro y por lo mismo un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En otro experimento, esta vez con ratones, los sujetos expuestos al aire contaminado mostraron más comportamientos depresivos que los ratones que respiraron aire filtrado. Los ratones del aire contaminado mostraron signos de niveles de ansiedad conductuales más altos en una de las pruebas, pero no en otra de ellas. Los resultados mostraron diferencias físicas claras entre el hipocampo de los ratones que fueron expuestos al aire contaminado y el de los que no lo fueron.
Fuente: OMS, El Dinamo, psyciencia.